lunes, 9 de enero de 2012

LA LOCURA

La locura.
La locura.
La locura parte de la búsqueda de la belleza,
la belleza verdadera.
Y buscar la belleza es agradable,
aunque mucho mejor es encontrarla.
Sobre todo en una sonrisa, en una mirada,
y en ropa interior negra.
Lo difícil es permanecer en la belleza,
porque si eso es lo que quieres
tiran de ti con fuerza en todas direcciones.
(Quieren que produzcas, que consumas.
Sobre todo que consumas.)

Pero aquí estoy yo: he encontrado la belleza, y no me moveré,
a pesar del dolor, porque la verdadera belleza duele.
No me moverán, por mucho que me estiren y retuerzan.
Muchos pensaréis que la belleza es algo superficial.
Nada más desacertado...
Cuántas veces penetra la belleza en mi interior,
y me llena,
subiendo y bajando, subiendo y bajando,
(siempre con prisa se mueve
por la sangre destilada del que observa).
Y se mantiene, y desentierra tantas cosas...

Por eso duele, pero ese dolor llega a ser agradable,
se introduce en la mente, y el corazón, y el estómago,
y produce cosquilleos en las manos y los pies, en la lengua...
...como la heroína, supongo, pero ése es otro tema.
Entonces tengo días de planetas con cabezas radiadas,
días de releer viejos libros, de jugar a ser poeta
y escribir cosas como "de noche las sombra son infinitas";
de paseos sin rumbo, sin sentido;
días de risa cuesta abajo
llenos de guiños despistados,
y voces de humo,
y ligeras plumas blancas,
y olores prestados...

Y días sin sol llenos de noches de estrellas:
como su mirada, su sonrisa, la ropa interior negra.
Lo difícil es permanecer en la belleza,
porque permanecer en ella duele.
Duele un dolor que hace sentir vida, que eleva y aplasta,
subiendo y bajando, subiendo y bajando...
Te sientes realmente vivo, libre.
Y entonces, sólo tienes miedo de cansarte,
ya no temes estar solo.
Y cansarte significa ceder en tu empeño,
abandonar la belleza, que nunca podrás recordar.
Decir adiós a su sonrisa, a su mirada...
Y aunque a veces queda la ropa interior negra,
ya nunca es lo mismo.
Y eso es algo que nadie me ha enseñado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario